
La provincia de Málaga ha vuelto a la normalidad tras la nueva DANA, aunque su plan de emergencia estuvo parcialmente activado. Aunque ya no había riesgo de fuertes lluvias, las autoridades continuaron vigilando el río Guadalhorce y el presidente Juanma Moreno pidió precaución a los vecinos cerca del río, ya que el regreso a casa no era seguro.
El miércoles (13/11), las lluvias intensas provocaron que se suspendiera el transporte y clases en Málaga y localidades como Benamargosa. Los ríos Benamargosa, Vélez y Guadalhorce se desbordaron, inundaron calles y casas, y en Almayate, algunas viviendas quedaron sin luz y agua.
El día después de la DANA, se pudieron ver los efectos de las intensas lluvias en las calles y comercios. Trabajadores y dueños de negocios se esforzaron por quitar el agua, la basura y los escombros que dejó la tormenta. Aunque no hubo heridos, se registraron daños materiales. Algunos vehículos quedaron atrapados en el agua, y los servicios de emergencia tuvieron que intervenir para rescatar a los afectados. Las imágenes de la catástrofe estaban por las redes sociales, los vecinos compartían sus experiencias y se organizaban para ayudar a los más necesitados.
Al día siguiente, el cielo estaba despejado y salió el sol; el centro de Málaga comenzó a parecer normal. La gente regresó a las calles, y los bares que habían permanecido cerrados empezaron a abrir. Solo quedaron piedras y escombros como recuerdo de lo ocurrido el día anterior. La comunidad se hizo notar, con vecinos formando grupos de voluntarios para ayudar a recuperar sus barrios. La solidaridad entre la gente de Málaga se vio en estos momentos difíciles, mostrando que siempre hay esperanza y unión. Las autoridades, se comprometieron a revisar y mejorar los sistemas de prevención para el futuro, buscando proteger a las personas de posibles desastres naturales.

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